dilluns, 29 d’octubre del 2018

Volem autopistes, autopistes volem


Què hermosa és Mallorca
i els mallorquins.
Somiam fortuna
i l’asfaltam.
Plenes de cotxes ja la tenim,
i, retingudes, ens aturam.
I és que som un bàmbols
Com no hi ha en el món,
Bàmbols, bàmbols som.

Cançó (adaptada d’una popular antiga. L'original me la mostrà Margalida Estelrich, la ex de l'ex-rector de la UIB Nadal Batle, l'únic, des de que existeix la UIB Rector, juntament amb Montserrat Casas, com il faut) inspirada per l’asfaltació extensiva de l’Illa. I concretament pel desdoblament de la carretera de Llucmajor a Campos (8,7 km) convertint-la en autopista entre quatre i cinc vegades més ampla (de 8 a 11 metres d'amplada passarà a una mitjana de 42 i tendrà una megarotionda elevada ).

La II República, en boca del batle republicà de Felanitx, Pere Oliver, deia: "Volem escoles, escoles volem". 
La II Borbonada ha canviat el lema per, en boca de totes les Conselleres i Consellers del Consell de Mallorca (PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos, MÉS, Pi), per unanimitat, en "Volem autopistes, autopistes volem".  

De tots aquests partits sols hi ha hagut una certa contestació dels militants a MÉS. Tots ells són estatals excepte MÉS i Pi (fusió d'una escisió del pp de Jaume Matas i UM de Maria Antònia Munar. Sense molestar-los massa per que els necessitarem per a Governar les Illes Balears, Mallorca i la majoria de pobles. Podrà pactar amb MÉS, P(SO)E [tampoc l'hem de molestar massa per que el necessitam als nostres governs. Si nó, com a les anteriors eleccions, actual legislatura (MÉS + Podemos tenia més vots al Parlament que el P(SO)E), ens amenaçarà en governar amb la dreta]  i esquerres (Podemos i EUIB; ER s'integra a les candidatures de MÉS). Tradicionalment MÉS (abans PSM+IVEquo) era el partit sobiranista d'esquerres i Pi el sobiranista de dretes. Com deia, idò, de tots ells, PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos, MÉS i Pi, sols hi ha hagut una certa (no completa ni molt manco) contestació dels militants a MÉS. Sembla que els militants de tots els altres partits, unànimement estan a favor de que es faci l'autopista exigida per la dreta capitalista desbocada, amb l'aquiescència de tots els partits, alguns d'ells que, amb això, perden la seva naturalesa ecologista, d'esquerres i sobiranistes. 

A Mallorca es dona el cas que hi ha més retencions i accidents a les autopistes que a les carreteres comarcals. També que, atès que la renda per capita de la majoria de paisos europeus occidentals és bastant superior a la renda nostra (de la primera comunitat de l'Estat a la sisena o setena) els nous vinguts europeus desplacen fàcilment als joves mallorquins que no poden comprar ni llogar un pis a no ser que es juntin dos o més. La política turística i de lloguer turístic de Illes Balears, una política per als turistes i residents europeus (i no una política per a la gent del país i pel transport públic en lloc del desenvolupament de nous vials per a més cotxes) ens du a això.

La vida en imatges: 
Carretera Llucmajor-Campos. Al fons la Serra de Llevant. 

dissabte, 27 d’octubre del 2018

dimarts, 23 d’octubre del 2018

Diario de una Miliciana. Agost-Setembre 1936

Fotografia presa al pati de l'escola graduada de Portocristo. D'esquerra a dreta: L'autora del diari (nom desconegut), Teresa Bellera, Daria Buixadé, Mercedes Buixadé i i Maria Garcia Sanchis (la única un poc major). Al fons dos milicians que també foren assassinats. La consigna dels sublevats era no fer prisoners al front, sinó matar-los a tots/es. 



Diario de una Miliciana

El passat divendres dia 28 de setembre (2018) es va retre homenatge al cementiri de Son Coletes (Manacor) a les cinc milicianes destinades a infermeria de l’expedició del capità Bayo al Port de Manacor.


Una d’elles, la única de qui es desconeix nom i identitat familiar, per que no es cita a ella mateixa en el seu diari, va escriure un diari que comença el 16 d’agost de 1936 i acaba el 4 de setembre del mateix any, gairebé 15 dies. Dia 5 de setembre, després de ser vexades i escarnides, foren afusellades per ordre d’Arconovaldo Bonacorsi (“El Conde Rosi”) tot i la intersecció del religiós teatí Julià Adrover que sempre acompanyava al sanguinari italià i a qui feia de traductor. Josep Massot i Muntaner en el seu llibre “El desembarcament de Bayo a Mallorca. Agost-setembre de 1936”. Edicions abadia de Montserrat. Barcelona 1987, en un dels seus apèndix, reprodueix aquest diari:

16 de agosto de 1936.- A las 6 de la tarde salimos a bordo del “Ciudad de Tarragona” con rumbo a Mahón, 30 milicianas y 400 milicianos con objeto de tomar parte en las operaciones contra los fascistas. Una vez en el barco se nos hizo una despedida por demás cariñosa y entusiástica, y entre los vítores a la República, la Revolución y las milicias antifascistas, salimos de Barcelona a las 6 de la tarde del día 16 de agosto. El viaje fue regular, pues la mar estaba algo picada. Casi todos se marearon, y por la noche no probamos bocado alguno. Llegamos a Mahón a las 8 de la mañana y se dieron órdenes de no desembarcar; estuvimos hasta las 10 de la mañana, en que nos dieron chocolate, un pan i un vaso de agua. Todos los milicianos pedimos ir a tierra con idea de poder comer caliente y pues estábamos casi enfermos de no tener nada caliente en el cuerpo. Al fin conseguimos, a las 12.30 saltar a tierra y allí los militares no sublevados se encargaron de alojarnos, en las diferentes casas de Mahón. Estuvimos en el casino de suboficiales, en donde aprovechamos para escribir a los familiares. Después fuimos destinadas a comer en el Hotel Bustamante, Teresa, Tere, Mª. García, los dos hermanos (sic) de Sabadell y yo. Teresa, Tere y yo, somos las tres inseparables y siempre vamos juntas. María Teresa es la Jefe del Grupo. Antes de comer nos aseamos un poco, después comimos y nos dieron de comer entremeses, tomate, aceitunas, alcaparras y sardinas, después, sopa, almondiguillas, merluza y carne con tomate, postres de melón y peras; luego fuimos a tomar café al casino de Suboficiales. Luego con dos Sargentos de Milicias fuimos llevados al Hospital. Estuvimos viendo el pueblo comprando algunas cosas y tomamos cerveza y a las 10 salimos nuevamente en el “Ciudad de Tarragona”

Día 18.- Cala Rizada.- Llegamos a la isla en donde están acampadas varias centurias de milicianos. Entramos en aguas a las 8.07 de la mañana sin desembarcar hasta que de otros barcos anclados en esta isla se dé la orden. A las 12 desembarcamos en barcazas carboneras para ir hasta la isla, en donde nos aguardaban ya otros milicianos, quienes nos manifestaron que las cosas no estaban nada bien, toda vez que habiendo tomado algunos puntos nuevamente fueron perdidos pues los acorralaron, y tuvieron que tirarse al mar pereciendo algunos ahogados. Llegamos con tal oportunidad, que no había nada de comer. Gracias a un muchacho que nos proporcionó un poco de carne y melón. Fuimos a buscar melones, pero todos los sembrados estaban destruidos. Al fin a las 7 de la tarde comimos chorizo y pan y nos fuimos a dormir, mejor dicho nos echamos a dormir, toda vez que todos lo hicimos en el suelo, cubriéndonos con sacos y teniendo por almohada las mochilas. Pasamos una noche de bastante frío, además que había bastantes bichos y avispas, picándome a mí una de ellas que me hizo bastante mal.

Día 19.- Nos levantamos a las 5.30 de la mañana y después de almorzar ¡afortunadamente! huevos pasados por agua, nos fuimos las dos Teresas y yo a bañarnos a una de las muchas calas que hay aquí, que son calas inmejorables, muy limpias y casi sin peligro, pues son muy poco tupidas, y estuvimos cerca de una hora nadando. Después nos fuimos a requisar casas, abandonadas por los habitantes de esta isla que están en estado lastimoso. Todas las ropas por el suelo, sillas rotas, camas y todo lo que había. Recogimos bastantes cosas, en especial comestibles y tomates, pimientos y cebollas. Hicimos una comida estupenda para lo que es la guerra. Sopa de caldo de cordero, cordero y cordero otra vez con tomates y pimientos, ensalada e hijos chumbos. Cuando estábamos empezando a recoger la mesa vinieron aviones enemigos y tiraron cuatro bombas contra los barcos que había anclados en alta mar haciéndolos desaparecer de este campamento. Esperamos vengan 16 aviones, pues si estamos copados, ¿qué pasaría? El día fue de tranquilidad sin que haya nada importante que resaltar.

Día 21.- Fuimos despertados a las 5.30 por los aviones fascistas que volaron sobre el campamento dejando caer cuatro bombas, casi encima de nuestro campamento. Yo estaba haciendo de vientre entre unas matas, tuve que seguir allí pues estaba con los calzones bajos, pues para estas operaciones la granota es de lo más incómodo que hay, pero también se fueron sin hacer más disparos ni causar ni una baja. Pero fue el momento más peligroso que hemos pasado hasta el momento. Fuimos igualmente a bañarnos en la playa y luego a las 11 nos fuimos Teresa, María Mercedes, María García, la Chordi y yo, destinadas al Comité de Abastos y Hospital de enfermos para ayudar a lo que fuera preciso. Lo primeros que hicimos fue comida para veinte. Luego fregamos unas cuantas y las otras lavaron la ropa. A las 3 con unos milicianos fuimos a Cala Millor a requisar casas abandonadas por los fascistas encontrándose éstas lo mismo que las del otro día, todas destruidas. Fuimos, con objeto de requisar cacharros de cocina, pues en el Comité no había ni uno y no se podía guisar. Claro es que aprovechamos el tiempo y a la vez requisamos algunas cosas útiles para nosotras. Estuvimos viendo todos los hoteles, son bonitos y bastante bien puestos todos ellos, pertenecientes al Patronato de Turismo. Esta playa es la mejor que hay por aquí y detrás de los hoteles tiene un paseo muy bonito lleno de pinos. También existe un Hotel Eureka, el que como todos está destruido. Recogimos mucha ropa, para llevar a los nenes y mujeres que tienen las milicianas recogidos, y que las pobres gentes se encuentran en la miseria por haber perdido sus casas al tener que huir de los fascistas. Vinimos por el camino que parecíamos gitanos, y entonces, vimos, ¡al fin!, que venían nuestros aviones, pues verdaderamente estábamos casi indefensas las tripas y sin medios de defensa, más que los milicianos, porque al parecer esta gente creían que se entregarían los fascistas, pero no es así, y estamos tanto los Jefes como los milicianos en el temor de que nos den, el día menos pensado, un susto. Pero solamente hicieron un vuelo sin lanzar ninguna bomba. ¿Por qué? Es algo que no podemos explicarnos, porque no se hace una operación en debida forma, en la que intervengan fuerzas de mar, tierra y aire, que es lo que sería necesario hacer, si no, no sé qué va a suceder. Vinimos al Comité y una vez hecha la cena bajamos al campamento general a dormir y como cada noche no teníamos donde hacerlo, y tuvimos que dormir otra vez como ayer en el auto de Antonio, Mercedes, Tersa y yo. Tere ha desertado de nuestra reunión, pues prefiere mejor otras compañías y se pasa el día de charla, paseo o bañándose en la playa. Ahora hemos quedado reunidas las hermanas Mercedes y Daría Buixeda, Teresa y yo, pues de las 30 que hemos venido, cuatro se han ido para Barcelona atemorizadas, las de Sabadell se han ido al frente con sus parejas, pues han resultado ser una pandilla de pintas muy grandes. Este día, no hubo más que resalte.

Día 22.- Nuevamente fuimos al Comité y tuvimos que guisar para 40 milicianos enfermos. Antes, como cada día, nos bañamos. Estamos descontentas en este puesto, pues no tenemos medios para guisar ni hacer nada, por lo que me parece nos iremos pronto de aquí. Después de hacer la comida fuimos a recoger unos frutos a las casas abandonadas y cogimos almendras, uvas e higos en cantidad. Hicimos la cena y a pesar de decirles que quedaríamos a dormir allí al llegar la noche nos encontramos sin tener donde dormir, ni siquiera mantas para taparnos. Tuvimos que ir a un montón de paja que había en una era, y allí dormimos tapándonos con la misma paja. Pasamos una noche malísima de calor y algo de miedo, pues esta día habían llegado 2.600 milicianos entre los que vienen bastantes maleantes y temíamos que se metieran con nosotras. Gracias a un muchacho que se quedó acompañándonos.

Día 23.- Nos levantamos a las 4.30 en un estado lastimoso de moral, llenas de paja y polvo y un genio de mil demonios viendo como estábamos. Nos fuimos a bañar y tan pronto lo hicimos vinimos al campamento general a protestar a Gabaldá, el que nos dijo que no volviéramos al Comité. Pero como no queríamos quedar allí nos fuimos a hacerles la comida y a decirles que no volveríamos, pues no teníamos útiles para hacer las cosas. No les hizo nada de gracia, como es de suponer. Este día, trajeron tres muertos, dos fascistas y uno de los nuestros, que el pobre daba pena verle, pues estaba tiroteado por balas dum-dum. También hay muertos dos milicianos, pero no hay muchas bajas. A la una de hoy ha empezado la operación general y los aviones e hidros han hecho una buena labor y se ha avanzado bastante, habiendo tomado Porto Cristo. A las 6 nos vinimos al campamento general y quedamos instaladas en una chozas de ramaje en donde con tres mantas que hemos requisado amen de platos, vasos y cantimploras, nos hemos creído casi felices viéndonos con tantas comodidades, y así era pues hemos tenido rancho extraordinario; 2 huevos duros, carne guisada, sobrasada, pan e higos. Estuvimos charlando con unos compañeros marineros hasta las 9 y luego nos acostamos durmiendo por primera vez un poco regular hasta las 4 de la madrugada que nos despertó un compañero que estaba charlando.

Día 24.- Hoy como cada día fuimos a los baños, en donde, en vista de los abusos que hacen los milicianos principalmente las chicas que se creen que han venido de veraneo hay que llevar permiso para bañarse, y luego vinimos otra vez hasta las chozas hasta la hora de comer. Después de comer y cuando estoy escribiendo estas memorias han empezado los fascista a tirar con el cañón que tienen del 15, pero en tal forma, que pasan silbando las balas que caen tan cerca, que no sabemos si no tendremos que sentir, con estas detonaciones hago punto por ahora. ¿Seguiré mañana esto o todo habrá terminado? Los aviones empiezan a volar para aplacar el cañoneo de los enemigos. Llevamos ocho días sin avanzar nada. ¿Hasta cuándo va a durar esto? Esta tarde me he encontrado con un compañero de Telégrafos de reparto, Vantrago, lo que me ha dado alegría de tener un conocido aquí. Muy bien, pero por causa de esto y al decir yo a Teresa que ayudara que era una fresca se ha enfadado y no me habla. Por la noche lo hemos pasado muy bien, pues han estado tocando la guitarra y cantando flamenco, pero sobre todo un muchacho ha cantado tangos que es una maravilla oírle. Yo estuve hasta última hora para oírle, pues no me cansaba de hacerlo y luego estuvo tocando solamente la guitarra y es un tocador buenísimo. He pasado una noche mala pues noche hecho más que soñar en mí. Hoy se nos han pasado cuatro soldados fascistas, que tienen muchas bajas. También se ha ido un sargento de los nuestros con ellos, que puede perjudicarnos, si dice la situación en que estamos.

Día 25.- Hoy después de pasar una buena noche, pues he dormido muy bien y casi con comodidad, nos despertamos a las cinco, hace un día nublado, por lo que no nos bañaremos. A las 7 han empezado a bombardearnos llegando las bombas casi a veinte metros de donde estamos. Eran las 8 cuando ha empezado a bombardear al enemigo un hidro de los nuestros. Al poco rato, ha amarrado para dar cuenta al E. M. de este campamento de la situación que están enclavados los cañones enemigos, nuevamente se ha ido a bombardear tirando cerca de 25 bombas incendiarias, lo que suponemos sea de gran eficacia. Un sargento llegado del frente dice que escasean las municiones, lo que hace que los milicianos estén algo desmoralizados; pero también cunde la noticia de que las fuerzas fascistas están en condiciones igualmente de desmoralización. Al ir por el rancho nos encontramos al Jefe de Abastos que nos ha venido a buscar para que vayamos nuevamente. Nos ha dicho que estaremos muy bien porque vamos a un nuevo campamento en donde tendremos toda clase de cacharros para guisar y habitación donde dormir. En vista de ello hemos quedado en que iremos mañana. Esta tarde, hemos ido con los compañeros marineros a buscar higos, uvas y almendras, pasando un buen rato, pero luego nos hemos puesto de un genio de veinte mil demonios, pues había de rancho judías blancas sin aceite, vinagre y hasta sin sal. No las pudimos comer y nos quedamos sin cenar. Una gracia. Vino nuevamente el tocador de tangos y me hizo pasar un rato distraída, pero nos dura poco porque vinieron a avisarle de parte de Gabaldá, resultando que, en vez de ir para llamarle la atención por lo que hacíamos, era para distraer a la reunión que se ha formado en el Cuartel General, reunión que parece mentira, están con todos los jefes Teresa y Ramona, las que han resultado ser una buena colección de frescas, eso que tanto criticaban de las demás, pues la Ramona al parecer va con Galvosa y Tere con el médico, pues según un compañero miliciano le llaman el cabaret al Cuartel General. Es un asco que en cuanto haya dos mujeres juntas, nos tenga que pasar algo de estas cosas. Así que nos acostamos. Esta tarde antes de comer hicimos las paces Teresa y yo, que la había ofendido sin querer; la pedí me dispensara y todo se arregló, pues no es cosa de que por tonterías se estropee la buena reunión que hay entre nosotras cuatro. Los aviones han hecho una labor buenísima, pues han tirado 25 bombas incendiarias y se dice, según referencias de unos milicianos, que han tenido muchas bajas los fascistas y se les ha hecho abandonar terreno. Esto es lo que hace falta para ver si conseguimos ganar terreno, pues si no se hace en esta forma nunca vamos a lograr llegar a Palma, pues llevamos en nuestra contra el que ellos tienen más y mejor material, conocen el terreno y tienen más cantidad de hombres, pues se calcula en 10.000 los fascistas. Claro que entre nosotros hay más entusiasmo y eso lo puede todo, pero para evitar que la buena voluntad decaiga deben ver los milicianos que el Estado les presta la debida atención.

Día 26.- Hoy como cada día nos levantamos muy temprano y tampoco nos hemos bañado pues es una lata tener que pedir permiso para hacerlo. Almorzamos un huevo pasado por agua que nos dio roa, la de Martorell, después fuimos a lavarnos al mar, las rocas. Cuando subía las rocas me caí con tan mala fortuna que me di con golpe en la rótula tan grande que me hizo perder por breves segundos el sentido. Tuve que ponerme la toalla mojada en la frente para reanimarme, pues estaba viendo que me caía de cabeza entre las rocas, cuando vi al pequeño que venía hacia allá con los demás compañeros. Me subí como pude por las rocas hasta donde estaba, y del brazo de él me he venido hasta nuestra cabaña.
Nada más llegar, me he tumbado en el suelo, con unos dolores tan fuertes que me retorcía, pues eran los mismos que cuando me colocaron en su sitio el hueso en la rotura de la tibia. Teresa me ha dado friegas con vino que me pasa los dolores. Tere ha venido en estos momentos a vernos, cosa rara, pues ya no estamos reunidas desde que va con el médico. Al verme como estaba me ha traído alcohol para darme feitas, pero tampoco ha conseguido nada, en vista de ello ha ido Tere al médico y han venido con la camilla por mí para llevarme a la enfermería, allí me han mirado la pierna poniéndome yodo con árnica, algodón y gasa y me ha dicho que haga reposo. He venido hasta la cabaña con un palo y pasando mucho dolor y en seguida me he tumbado. No me encuentro nada bien y con unos dolores, que no puedo estar, pues si no tengo rotura, por lo menos luxación sí que la tengo, pues si no es posible que tenga un dolor semejante. Esta mañana, pues, no hemos ido al Comité por avisarnos que aún no estaba arreglado aquello; cuando vaya allí iré al médico para que me vea la pierna bien a ver qué tengo. Hemos comido carne con patatas y después hemos estado arreglando la caña que estaba deshecha y nada más acabar echarnos la siesta han tirado tres cañonazos seguidos, los fascistas, que han caído a menos metros de nosotros, empezando la aviación a bombardear y al momento se han callado. En estos momentos uno de aviación nos dice que van los ataques muy bien pues tienen localizados los principales puntos estratégicos y esperamos que de un momento a otro se haga un verdadero avance que conduzca a un final victorioso. Se esperan 400 Guardias Civiles y cañones del 7,5.
Se ha hecho una buena operación en el día de hoy tomándose al enemigo dos cañones y dos ametralladoras y recogiendo cuatro Guardias Civiles que serán fusilados y se nos han pasado 65 Carabineros a nosotros.
Esperamos llegar a Mallorca en breve plazo. Esta noche también vinieron a nuestra tienda a tocar y cantar tangos, pero se acabó antes que otras noches.
Día 27.- Como cada día nos hemos levantado temprano y a las 6 de la mañana han empezado los fascistas a bombardear. Al volver de lavarnos nos hemos encontrado con el Capitán Bayo, el que nos ha dicho tienen que irse todas las mujeres del campamento en vista de que hay varias que sólo están en la playa y de bromas; nosotros hemos pedido para enfermeras e iremos destinadas a un hospital de sangre, estamos esperando para partir hacia dicho hospital. Hoy tomamos café negro que fue aguante puro, y sin pan, ¡así nos vamos quedando todas de delgadas! Desde as 10 de la mañana nos están bombardeando los fascistas muy fuertemente, tiran tres bombas seguidas, lo hacen a los hidros; claro que hasta ahora no han causado baja alguna ni han estropeado los aviones. En seguida han empezado éstos a bombardearles y se han callado un poco. Esta tarde, después que cenamos fuimos destinadas al Hospital de Sangre, lo que estamos deseando, pues así, en esta forma, es imposible. Estamos en un peligro constante y grande y sin hacer una labor útil. A la una y media han desembarcado 27 compañeros, lo que nos ha causado una alegría muy grande, más al decirnos que Palma está muy contenta con nosotros y que se habla muy bien de nosotros. Hemos charlado mucho con ellos en nuestra cabaña, la que les dejamos para ellos. Tienen como nombre de grupo el de “Gabino Viano”, el que íbamos a tener nosotras. A las dos hemos salid con rumbo al Hospital de Sangre en un carro de los que van a Abast0s, que por el camino lleno de piedras daba unos saltos que me molían las costillas. Hemos llegado a las 3.30 h después de andar un buen trozo de camino, pues el carro no llegaba hasta aquí y nada más que llegar, lo primero que he hecho ha sido ir al médico, me ha reconocido y me ha dicho que lo de la rodilla era una distensión; me ha puesto yodo y me la ha vendado y dice será cosa de tres o cuatro días; hemos tomado un huevo batido, han dio por ropas al Castillo y nos han repartido algunas, luego hemos vuelto a merendar. Creo que aquí estaremos una temporada grane y estaremos muy bien. Nos ha causado impresión el sentarnos en silla, que hace trece días no lo habíamos hecho. Por la noche nos acostamos ¡¡en cama son sábanas!! Pero en contra de lo que pensábamos no dormimos bien, pues resulta que en una habitación estábamos 9 mujeres sin haber ventilación y era tal el calor y la mala atmósfera que no se podía dormir en ella.

Día 28.- Nos levantamos a las 6 y desayunamos café con leche. A mí me encargaron que cuidara de los enfermos, en total 13, teniendo que darles leche a las 10 de la mañana. Al entrársela en una de las salas me encontré con la sorpresa de un estupendo piano y me fue imposible resistir la tentación y me puse a tocar. Todos me pidieron que siguiera tocando, pero Irene, la enfermera encargada de allí, dijo que no era conveniente. A las 10.30 tomamos tortilla. De comer vamos bien aquí, pero no estamos muy contentas, pues aquí nos vemos algo hostilizadas por parte de las de Sabadell, lo que no sabemos es por qué no nos hablan y están apartadas de nosotras. Nos han vuelto a pedir los muchachos enfermos que toquemos el piano y así lo hemos hecho Daría y yo; luego he empezado a hacer la comida para los enfermos. Sopa de Maggi y tortillas de patatas y a la una la he servido. Los pobres enfermos protestan de que se les dé mal de comer y tienen razón, pues la forma que están descorazona a cualquiera, pues es verdaderamente lastimoso ver que nunca podrá haber igualdad y fraternidad que nuestros ideales patrocinan, pues mientras los enfermos yacen en colchones tapados de cualquier forma en el suelo, los médicos y la colección de zánganos y vagos, que están llenos los Comités y los Hospitales, están en sus buenas camas y comen en el comedor con buen servicio y con comida buena y abundante , con su café, postre y demás y que lo que es más doloroso, mientas los enfermos reposan en el suelo hay en la misma habitación de ellos camas inmejorables, bien provistas de ropa, y yo me pregunto, ¿Por qué esta iniquidad que no otro nombre tiene? ¿No es un escarnio poner delante de un enfermo que se ve cual un perro en el suelo sucio y abandonado de todo afecto y cuidado, que es acaso en el que padece casi más necesario que el cuidado material, aquellas camas donde podría encontrar un poco de reposo que le es necesario y aún más del que es acreedor, toda vez que acaba de derramar su sangre por la causa común que ha de redundar en el bien de la humanidad? Pero no, es una quimera de mentes calenturientas cual debe ser la mía, que lo miro bajo el prisma de una idealidad el que vendrá la igualdad. Mientas existamos en esta vida material sólo veremos lo que impera en todo el mundo, egoísmo, desafecto injusticias y desigualdad, pues todos los que proclaman la igualdad nos muestran con sus actos que en ellos se albergan tanto y tan malos instintos como los de aquellos a quienes vamos a combatir. ¿Y esta es la idea de libertad por la que tanta sangre se derrama? ¿No asquea ver entre nosotros mismos que hay el deseo de ser igual que los que ponemos de bandera o baluarte al hablar de la canalla que combate al pueblo? Miedo, pavor y rabia me da pensar sea estéril el sacrificio iniciado por tantos hermanos de la causa común, que no rearan en sacrificar sus vidas para que otros que nunca han expuesto nada vengan a recoger el fruto de su cosecha regada con tantas vidas, para que sigan tiranizando al pobre pueblo español el que, ¡bien triste es decirlo!, nunca se redimirá, pues para que ello pudiera ocurrir tendría que no existir lo que el imperio de la humanidad soez y brutal. ¡Egoísmo! (sic) En fin, que nunca puede uno llegar a lo que nuestros buenos deseos quieren. ¿Dónde están las doctrinas tan cacareadas? Existen. Sí. Pero en el verdadero idealista, en el que va al campo a luchas, en el que da el pecho y la cara, pero ¿en los dirigentes? NO, NO y NO. Dejemos seguir esta farsa de ideas y esperemos. ¿El qué? Nada. Continuar arrastrando una vida, cada vez más miserable, puesto que en el camino que hemos emprendido en pos de una gran fe idealista vamos dejando girones de nuestra idealidad, de nuestra propia vida: ya que nuestra idealidad van (sic) cerniéndose el cuerpo de la desesperanza, la decepción y la dejadez para dejar que esta misma vida nos lleva en caminos de nuevos desengaños a un final de cuya existencia desconocemos todos. ¿Será entonces cuando podremos hallar aquella verdad que en vano vamos buscando? ¡Quién lo sabe! Después de comer vinieron nuestros buenos amigos hermanos los marineros, quienes han puesto en nosotros un afecto tan fraternal que es hasta ahora en la vida de campamento lo único un poco real y verdad que hemos encontrado, pues en nuestra vida honrada vamos viendo palpablemente que ésta, hoy en día, a la mujer le estorba y pone trabas a su camino a seguir. Nos contaron cuánto nos echaban de menos y, lo que nos llena de indignación y coraje, que los que habían llegado el día antes eran tan malos o peores que los que estaban en el campamento general, pero ¿es que no puede la mujer olvidar una cosa tan abnegada y tan sublime como es la lucha comenzada contra el fascismo? ¿Es que todos han venido aquí en busca de la hembra? ¡¡Malditos sean todos ellos!! Cuando estábamos con nuestros camaradas hermanos, tres aviones fascistas de caza empiezan a bombardear el campamento de Gavaldá. Dicen que hubo dos bajas. También nos han contado los marineros incidentes desagradables. Dos milicianos tuvieron una violenta discusión que degeneró en reyerta, terminando en agresión, que le costó la vida a uno de ellos, por tal motivo fue fusilado el otro al día siguiente. ¿No es triste este incidente que demuestra de manera tan palpable que no hay redención posible entre nosotros? Por la tarde para la instalación de un nuevo hospital de sangre fue dada orden de desplazamiento ara éste de dos enfermeras y ya estaban dispuestas Mari García y Daría a marcharse. Hasta este momento no he comprendido el verdadero afecto que existe entre nosotras, pues al pensar que pudiéramos desunirnos me ha hecho tal impresión que en poco ha estado que no llorase, pues aún cuando a María García la estimo muy de veras es ya diferente, pues se trata de una mujer de 53 años y, claro es, son otras las conversaciones que hay entre nosotras, pero el que Daría se marche sí que me produjo sentimiento ya que nuestro mayor deseo, y así nos lo hemos prometido, es estar, siempre, juntas las cuatro, Teresa, Daría, Mercedes y yo. Pero afortunadamente se arregló todo al explicarle al médico nuestro deseo de permanecer juntas, acabó por acceder y nos fuimos al Hospital de Sangre. ¡Qué decepción la nuestra al ver que se trataba tan solo de un pajar! Comimos un poco de queso y empezamos a preocuparnos del dormir. Llevamos sacos de paja y los pusimos en el suelo de la cocina y con una sábana así dormimos. Aun cuando no conseguimos, principalmente yo, el hacerlo. ¡Qué noche de calor! Toda la noche sudando.

Día 29.- Como siempre a las 6 ya estábamos levantadas, desayunamos café con leche y ahora que he aprovechado para escribir lo que me faltaba estamos esperando trasladarnos a un nuevo edificio para instalar en debida forma de condiciones este Hospital de Urgencia, ya que es el más próximo al frente y aquí se les practica la cura urgente y luego se les traslada al hospital de Torre Nova en donde estuvimos ayer o al buque hospital “Comillas”. Efectivamente encontramos una casa en buenas condiciones y con casi comodidades, aun cuando estaba cual todas en estado deplorable. Como primera medida la limpiamos, barrimos y en seguida distribuimos las habitaciones para cada grupo. La que nos correspondió a nosotras cinco la dejamos casi elegante, toda vez que teníamos alfombras, espejo y una cama en buenas condiciones de ropa, colchones, sábanas y mantas. Hicimos la comida, una buena sopa de caldo de gallina, chorizo y carne de gallina, luego gallina y ensalada, postre y nada más. Estuvimos arreglando el botiquín y cuando todo estaba en condiciones vinieron a decirnos que teníamos que marcharnos porque la Cruz Roja no puede estar en vanguardia, sino a la retaguardia. Yo me negaba a marcharme, pues lo que existía entre todas era una palabra, Miedo, pero como yo no soy nadie vinimos otra vez en donde el día anterior. Nada más llegar se suscitó la cuestión del dormir y como no contaban con nostras en la habitación pusieron sacos que habían traído de abastos. Se armó la discusión porque unas decían se nos arreglase habitación para dormir, otras decían que las donas eran iguales que los hombres, y como ellos durmieran en el suelo. Yo no puede contenerme, y ya que venía de un genio de mil demonios viendo que esto es una desorganización que no tiene nombre, me levanté en contra de los deseos de todas las demás, y me fui al grupo para decirles que no había lugar a discusión alguna, ya que puesto que llevábamos 14 días durmiendo en tierra, uno más nos era indiferente, y que éramos milicianas y dormiríamos donde lo hicieran los demás compañeros. Les pareció muy bien y así quedó la cosa. Luego vino el inglés a hablarnos para desagraviarnos, y María García le dijo un par de cosas bien dichas. Nos fuimos a dormir sobre la paja en sacos y así acabó este día 29.

Día 30.- Nos levantamos a las 5 y esperando a que venga el médico para que vea qué hemos de hacer, quedamos hasta las 9 en que salimos para recoger las cosas de donde habíamos instalado el Hospital con objeto de trasladarnos a otra casa en retaguardia. El médico no quería fuese yo a buscar las cosas, pero a mí el médico no me manda, porque no es nadie. Es un compañero con una misión a cumplir, pero sin mando sobre mí, pues si él es médico yo soy miliciana, así que me he ido y hemos recogido todos los utensilios y provisiones que nos precisaban. Al volver en el camino, nos hemos concentrado con el avión de los fascistas que estaba ametrallando y por este motivo hemos tenido que escondernos bajo un árbol para que no nos tirase. Ya hemos llegado aquí y esperamos la casa a que hemos de trasladarnos. Es una juerga, ¡¡Esta es la organización y la igualdad proletaria!! Ha empezado una farsa inacabable y si acaso llega a terminar será con un final desastroso. Todos los grupos de UGT, CNT y FAI están divididos y hablando se ve claramente la equivocación y el absurdo en las ideas de lo que va a ser en lo sucesivo España, que pensando fría, serenamente y sin apasionamiento alguno se siente el terror de lo que se aproxima. Va a ser un caos. Lucha más fratricida que la entablada, puesto que ahora se lucha contra el enemigo del proletario, de la libertad individual, pero la lucha que calladamente se va cerniendo es más fratricida, pues es entre los mismos proletarios sólo por egoísmos partidistas. ¿Cómo no puede haber una comprensión, un momento de lucidez que haga ver, que haga comprender, la insensatez de estar con piques de partidismo cuando se están juntando en la tierra que está en poder de los fascistas la sangre de todos ellos, para lograr el deseo que es también de todos de una victoria definitiva y magnífica que lleve a la clase trabajadora a la epopeya final? Hemos estado esperando la casa hasta la tarde sin comer más que un pedazo de membrillo, luego hemos venido a la casa. ¡Qué casa más sucia y más horrible! ¡Parece una casa destrozada por un ciclón! Por el suelo lleno de escombros, sillas partidas y en una habitación todo manchado de sangre en donde hay un olor pestilente. Han empezado a sacar a paletadas los escombros y la basura, y luego han empezado a echar cubos en la habitación para ablandar la sangre, no podíamos resistir el hedor que salía de la habitación, pues es que cayó un herido muerto, y allí estuvo días y días muerto y la sangre estaba podrida. Aquí es imposible estar de todo punto, pues la casa está llena de cañonazos y amenaza hundirse. No hay sitio donde poner nada y hoy dormimos todavía peor. ¡Vamos adelantando! Cenar tendremos que tomar queso y sobrasada. Menos mal que al ir a por agua nos han dado unos milicianos conejo. Al volver nos han tiroteado pasando una bala por encima de mi cabeza, que nada ha estado que me diera. Luego en la casa, cuando estaba haciendo un poco de leche condensada nos han visto que estábamos en la casa, y han estado más de media hora tirándonos y una bala ha dado en el quicio de la ventana en que estaba Merche (que así llamamos a Mercedes) y en nada ha estado que le diera. Ha quedado el olor de la pólvora la mar de rato. Esta noche no nos ha tocado cenar, pues la cena era imposible de tomar. Hemos cenado un poco de pera en dulce, un curto de pera a cada una. Con este alimento y después –como notemos de discutir sobre la cama- en un colchón nos hemos acostado. Cuatro de nosotras en un colchón, pues en las camillas nos daba repulsión porque estaban llenas de sangre. Teresa se ha acostado en el suelo, pues se ha enfadado sin motivo y ha estado llorando todo el día. No nos habla principalmente a mí, que es quien dice la he ofendido más. Lo mejor será no darle más bromas, pues no tiene correa para aguantarlas.

Día 31.- Nos levantamos con la gran perspectiva de no tener qué desayunar, hemos ido a buscar café abajo, al castillo, y no había y hemos tenido que ir al campamento de Torre Nova a ver si quieren darnos. Yo estoy desmayada que no puedo tenerme y deseando me den un poco e café a ver si me pasa el desmayo. He traído la jarra para llevar café a los demás. En este momento, siete de la mañana, viene a visitarnos el caza aviones fascista. Desde que los fascistas tienen este aparato han quedado inutilizados nuestros aviones, que no vuelan por temor a ser cazados. Esto es lo que vamos avanzando. A este paso la vida es un soplo. Hace tres días que no se hacen operaciones. ¿La causa? Nadie la sabe, el caso es que es así. Esto le da ocasión al enemigo de preparar. Ayer los aviones fascistas tiraron hojas diciendo se rindieran los milicianos, que nada han de hacerles. No sabemos si es que se ven perdidos o si tratan que se busque un arreglo en beneficio de ellos. A las 11 nos hemos marchado todas a excepción del médico y otras dos enfermeras, después de discutir un poco porque el médico quería que nos quedásemos dos de nosotras. María García nos ha consultado qué pensábamos y las hermanas María, Mercedes y yo hemos dicho que teníamos que ir todas juntas y luego le ha preguntado a Teresa, y ésta nada ha querido contestar. Al fin nos hemos ido todas y hemos venido a una casa en donde nos hemos instalado bastante bien a pesar de que desde luego esta casa no es tan buena como la otra de Son Carrió, pero también está bastante bien. Hemos comido, gracias al requiso de gallinas, una buena sopa e hijos de postre. Teresa, a pesar de yo haberle dicho que no era cosa de estar enfadada y darle la mano, no ha querido hacer las paces. Con María y Mercedes se habla, pero a mí no me ha dirigido la palabra. Ahora se han ido ella y María García al campamento de las playas a ver si tenemos cartas, pues en dieciséis días que llevamos aún no hemos sabido ninguna de nadie. Tiene que ser que no llegan las cartas; si no, no es posible que no escriban a ninguna. Hemos aprovechado para escribir nuevamente a las familias. Están los aviones bombardeando y hemos tenido que meternos en la casa pues se dirigen a la playa y es de esperar hagan algún daño. Cuando ya estábamos intranquilas por María y Teresa, pues eran las ocho y no habían venido, llegaron éstas y dijeron que habían tirado varias bombas y habían ametrallado el campamento de la playa, en el que está toda la lona que hace de techo agujereada. Habíamos tenido carta Teresa y yo, pero con tantos cambios de hospital que hemos hecho las habían llevado a Torre Nova y ya de allí no se sabe qué han hecho de ellas. Después de estar aguardando con tanta impaciencia las noticias, cuando éstas llegan no lo hacen a nuestro poder. Por la noche tomamos leche y sobrasada y a dormir.

Día 1º. de septiembre.- A las 5.30 nos despiertan tres aviones enemigos que están bombardeando nuevamente. ¡Buen despertar! Veremos cómo acaba un día que empieza en esta forma. Desayunamos leche. Ahora van a matar una oveja que con tres cerdos y varias gallinas hemos requisado. Por unos días tenemos asegurado el comer, pues tenemos una lata también de cinco kilos de leche condensada y también chorizos y sobrasada. Claro que dentro de unos días nos instalaremos en el mismo pueblo, pues ahora no lo hacemos porque no ofrece las debidas seguridades, aparte que la Cruz Roja ha de ir a la retaguardia, y entonces tendremos más comodidades y estará instalado con más aseo e higiene el hospital pues aun cuando ahora, con arreglo a las circunstancias se ha hecho lo mejor posible, no reúne condiciones de asepsia y esterilidad tan precisos en un local destinados (sic) a hospital. Han matado un cordero que era muy hermoso, pues debía pesar unos 5’0 kilos, y hemos hecho la mitad para comer. Los aviones siguen haciendo de las suyas y María y Teresa que han ido por platos a la casa de la avanzada les han tiroteado un poco que en poco les da un disgusto. Ésta sigue enfadada conmigo. Ya me voy cansando de estar así, pues me fastidia estar con una persona sin hablarme, pero no puedo rebajarme a ella pues no hay motivo para ello, ya que si se ha enfadado ha sido por una broma y ya le pedí disculpas por ello. Hemos cogido almendras y las estamos pelando a la luz de la luna, lo que me dio ocasión de admirar un paisaje precioso. Se ha cantado y hablado un poco. Después de cenar nos hemos acostado a las nueve de la noche. A las tres de la mañana ya estaba el bendito avión fascista tirando confites de aquellos que no hacen daño.

Día 2.- Como siempre, por no variar, a las 6 en punto nos despierta con las bombas el avión y estamos aquí aguardando si alguna nos toca a nosotras. Han tirado hoy dos que deben de haber caído muy cerca, pues ha retumbado la casa de la explosión, hasta que tire una a la casa hospital de aquí. En medio de todo tienen a veces algo de gracia, pues cuando se oye que se aproxima el avión todos nos tenemos que esconder corriendo para que no adivine donde estamos. Teníamos la Cruz Roja puesta en la puerta, pero tuvimos que quitarla porque en seguida que se dio cuenta empezó a bombardearnos el primer día. Son las 5 de a tarde. Al volver del campamento general, de ver si teníamos carta, cosa que no fue así, hemos tenido el feliz encuentro del avión fascista, éste empieza a bombardear por encima de nosotras, lo que nos hace desviarnos un poco de nuestro camino. Claro que nos ha evitado caer quizá víctimas de las bombas, toda vez que a 50 metros escasos de donde nos hemos escondido y en el camino que habíamos de llevar ha tirado tres bombas seguidas. Nos hemos escondido María, Merche y yo ent5re una s matas. No hacemos más que salir de allí nuevamente vuelve a tornar a volar sobre nosotras, ya que estamos en el punto estratégico para el bombardeo del hospital. Llevamos tres cuartos de hora escondidas y aun cuando los milicianos le tiran con fuego de ametralladora y artillería es perder el tiempo, toda vez que no le alcanzan. Ahora va tirando proclamas, a ver si cogemos una para ver de qué se trata. Hemos cenado y después de dar un paseo nos hemos acostado.

Día 3.- Como cada día a las 6 nos despierta el avión con sus bombas, y empieza el tiroteo. Ayer a las nueve se armó un gran tiroteo, parecía que se iniciaba un ataque, pero no debía de ser así pues en seguida se terminó. El día transcurrió tranquilo, tanto es así que hemos pasado la tarde jugando a las cartas ganado yo 1,40. Después de cenar hemos estado un rato jugando y bailando, pasando un rato distraído. A las 10 ha pasado la centuria 30 que se dirigía al frente, nos hizo un efecto emocionante, verlos desfilar a la luz de la luna que era llena, tan en silencio, viéndose tan sólo el brillar de los fusiles y la sombra de los milicianos.

Día 4.- Por no perder la costumbre a las 5 nos despiertan los cañonazos de los buques de guerra “Jaime I”, “Almirante Miranda” y un submarino, que llegaron ayer, los que han iniciado una buena táctica de combate. Cuando habían ido al hospital Martínez y el Mallorquín han venido a decirnos que el hospital estaba abandonado y todo roto por el suelo. En Son Carrió, que han ido los hermanos gallegos, tampoco han encontrado a nadie. Con esto y el continuo bombardeo iniciado ha cundido entre nuestro grupo el terror por miedo a que hayan hecho un avance los fascistas y como crecemos de aviso alguno en la mayoría hemos abandonado el hospital con rumbo al Cuartel General para ver si así adquirimos noticias concretas sobre lo ocurrido. Salimos todos con las mochilas, y lo más indispensable. Yo que me encuentro con fiebre por estar de cólico estoy fastidiada con esta caminata. Nada más salir de la casa hospital empiezan a bombardear los aviones enemigos, que son cuatro de caza, los barcos, y ello nos hace falta, que vamos por el camino que tiran las bombas, tenemos que refugiarnos en una higuera. Solá y Martínez se han desplazado para la playa ya que todos en grupo sería expuesto hacerlo. En estos momentos los barcos han iniciado retirada ante el frecuente y casi eficaz bombardeo. Vuelan sobre nosotros mismos y cada vez más bajos. En estos momentos en que ignoramos lo sucedido y los de mayor emoción que llevamos vividos, yo me encuentro tan serena y tranquila, pues parece ser, que en mi ser no existe ninguna fibra que vibre a las emociones de peligro, pues verdaderamente el momento es peligroso, y con que nos divisaran sería ¡el caos! Deshechos por una bomba. ¿Seremos proletarios o habremos caído en poder del fascio? Ahora tenemos un momento de confusión, si son aviones enemigos o los que esperábamos. Esto hace cundir el entusiasmo y la tranquilidad en nuestro grupo de la Cruz Roja. Son instantes inolvidables, y que en su peligro agradan vivir, para quien sea deseoso de experimentar emociones violentas. Tan pronto creemos sean fascistas como no y en una forma u otra se hace cundir la esperanza o el pánico. En fin, ya veremos en qué acaba este emocionante episodio, si en una victoria o en nuestro exterminio. Hace dudar el que sean de nosotros, pues huyen de los barcos, pero por otra parte los barcos no les disparan. Esperemos se descifre la incógnita que hay abierta cual un paréntesis sobre nuestras vidas. Pasan los momentos y seguimos en las mismas aun cuando ante la animación que hay entre las mujeres, que demostraron ser, si no más valientes, por lo menos más serenas. Vuelve a cundir entre nosotros el optimismo y comenzamos a conversar en broma y a esperar la llegada de Solá, que será el que descifre esto y el plan a seguir. Martínez, que no se fue con Solá, tiene tanto miedo que está, estamos haciéndonos las señas los unos a los otros para así seguirnos viviendo el día, mañana es cinco que será necesario o no habrá lugar a ello (sic). Llega el practicante y dice que tenemos que ir al campamento porque se han ido todos a Mallorca, donde dicen se ha sublevado la tropa. Llegamos al campamento y la desolación es con nosotros. Todo él aparece destruido, abandonado, se ve claramente la huida y que ha habido alarma o realidad, de que hemos sito traicionados, si no, no puede ser de otra manera. Han salido en una barcaza cuatro compañeros para alta mar a ver si ven algún barco que pueda venir a recogernos, otros tres han ido a caballo a Porto Cristo para ver si queda algún compañero de milicias o si saben algo de esto que ocurre, y todos hemos cogido fusiles y tenemos preparadas municiones para en caso de ataque, aun cuando será tonto pensar en defendernos, pues somos escasamente veinte personas. Están los ánimos excitados, más que por el peligro, lo es por vernos traicionado, pues si fuera como dicen que en Palma se han sublevado las tropas, no era necesario que hubieran abandonado todo, caballerías, automóviles, pues todo está destruido, en la tienda de Gabaldá está todo roto y tirado por tierra, se ven las características de la huida, ante la voz de alarma, o señal de peligro. ¡Qué momentos más inenarrables de peligro! ¡Qué emoción ante el momento enorme de peligro sin arreglo posible! Yo he cogido nuestra bandera, pues no quiero quede abandonada y debe ir con nosotros hasta el último momento. ¡Qué nerviosismo existe! ¡Todos quieren mostrarse valientes y, sin embargo, se les ve que el abatimiento, el temor y el miedo les domina! Tenemos víveres para un par de días, municiones también, esperemos los acontecimientos.

Aquí acaba el diari. El mateix dia les cinc milicianes, juntament amb un altre grup de milicians que tampoc varen poder reembarcar-se en els vaixells de l’expedició de Bayo en retirada, varen ser detingudes. L’endemà 5 de setembre de 1936, ben dematí les cinc milicianes, després de ser maltractades, vexades i escarnides, varen ser afusellades en el cementiri municipal de Manacor Son Coletes.

Josep Massot i Muntaner El desembarcament de Bayo a Mallorca. Abadia de Montserrat. Barcelona 1987. págs. 393-410.

Igualment pots veure aquest diari, juntament amb un conjunt d’explicacions i fotografies, en el blog de Manuel Aguilera Povedano: